Rodenticidas: claves para un control eficaz y seguro de roedores en entornos urbanos

exterminar cucarachas en Madrid

Rodenticidas: claves para un control eficaz y seguro de roedores en entornos urbanos

En las grandes ciudades, los problemas de plagas no se limitan a insectos. Los roedores, especialmente ratas y ratones, representan un riesgo sanitario y estructural de primer orden. Aunque muchos asocian nuestra labor principalmente a exterminar cucarachas en Madrid, la realidad es que el control de roedores ocupa un lugar prioritario en los planes de sanidad ambiental. 

Los rodenticidas, correctamente empleados, son herramientas esenciales para mantener bajo control las poblaciones de estos animales y prevenir tanto daños materiales como la transmisión de enfermedades. 

Tipos de rodenticidas y su mecanismo de acción 

Existen diversas categorías de rodenticidas, cada una con un mecanismo de acción distinto: 

1. Anticoagulantes de primera y segunda generación 

  • Primera generación: como la warfarina o la clorofacinona, requieren varias ingestas para alcanzar una dosis letal. 
  • Segunda generación: incluyen el brodifacoum, bromadiolona o difenacoum. Son más potentes y, en la mayoría de los casos, basta con una sola ingesta. 

Un dato menos conocido es que, según un estudio del Journal of Pest Science (2023), el 73% de las poblaciones de ratas urbanas en Europa presentan algún grado de resistencia a anticoagulantes de primera generación, lo que obliga a una estrategia de rotación y combinación de productos para mantener la eficacia. 

2. Rodenticidas no anticoagulantes 

Estos actúan sobre otros sistemas fisiológicos, como el brometalín (afecta al sistema nervioso central) o el fosfuro de zinc (libera gas fosfina en el estómago). Son menos utilizados, pero resultan clave cuando se detecta resistencia a anticoagulantes. 

Seguridad y uso responsable de rodenticidas 

La eficacia de un rodenticida no se mide solo en el número de capturas, sino también en la minimización de riesgos para el entorno. Un mal manejo puede provocar intoxicaciones secundarias en depredadores urbanos (aves rapaces, gatos callejeros) o afectar a animales domésticos. 

Por eso, la legislación española y europea exige: 

  • Uso por profesionales certificados. 
  • Colocación en portacebos seguros y señalizados. 
  • Registro detallado de puntos de control y consumo. 

Integración del control químico con otras medidas 

Un error común es confiar exclusivamente en el rodenticida. El control más efectivo surge de la integración de métodos: 

  • Sellado de accesos y grietas. 
  • Gestión de residuos para reducir fuentes de alimento. 
  • Monitorización continua con trampas no letales para evaluar la presión de la plaga. 

En definitiva, el rodenticida es una herramienta valiosa, pero su verdadero potencial se despliega dentro de un plan integral de control de plagas, diseñado a medida para cada entorno urbano. 

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