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El auge de los huertos urbanos en España, incluso en ciudades como Madrid, ha traído consigo un reto importante: la gestión de plagas. En este sentido, y según la Red Estatal de Huertos Urbanos Comunitarios, en los últimos cinco años se ha duplicado el número de parcelas destinadas al autoconsumo. Sin embargo, la mayor concentración de cultivos en espacios reducidos ha incrementado la incidencia de plagas que requieren un adecuado control de plagas en Madrid

El verano de 2025 ha dejado una huella devastadora en España: más de 362.000 hectáreas afectadas por incendios forestales en apenas dos semanas. Esta situación ha puesto en evidencia la importancia de medidas preventivas, entre ellas las podas en Madrid, tanto en entornos urbanos como periurbanos, para reducir riesgos y proteger a las personas y propiedades. 

En Coinve sabemos que, cuando hablamos de salud pública en las ciudades, solemos pensar en hospitales, centros de salud o en la calidad del aire. Sin embargo, existe un aspecto mucho menos visible y, paradójicamente, igual de importante: la sanidad vegetal dentro del control de plagas en Madrid. Y es que el estado de la vegetación urbana influye directamente en la proliferación de plagas y, por tanto, en el bienestar de las personas. ¡Veamos por qué! 

Las podas en Madrid son clave para la conservación de parques, jardines y arbolado urbano. No extraña que, según datos de la Comunidad de Madrid, solo en 2024 se realizaron más de 65.000 podas preventivas en entornos urbanos para evitar riesgos de caída de ramas y garantizar la salud vegetal.  

Cuando se habla de control de plagas en Madrid no solo se piensa en cucarachas o roedores; los pececillos de plata (Lepisma saccharina) son una plaga común en hogares y edificios con exceso de humedad. Aunque no representan un riesgo directo para la salud humana, su presencia puede causar daños considerables en objetos del hogar y, en casos de infestación masiva, generar un entorno antihigiénico.